Alquilo una bici para ir a visitar la bodega “Merced del Estero” que está en Marquesado, un pueblo a 15 kilómetros de San Juan. Llego a la bodega y pregunto si me la pueden enseñar y es el propio dueño, argentino de bisabuelos de la Alpujarra granadina, el que me hace de guía; me explica todo el proceso, desde la vendimia hasta la distribución de los caldos en distintos mercaados, y luego me da a probar sus vinos. Al segundo vino me planto porque me estoy poniendo pitufa y tengo que volver en la bici. Cojo la bici, cambio el piñón y me la cargo, así que recorro los 15 km de vuelta con el piñón grande, con ese que pedaleas mucho y no avanzas nada.
San Juan es una ciudad tranquila, sin pretensiones, que vive a la sombra de la famosa Mendoza y como tiene pocas cosas para ver por la tarde, recuperada de la pedaleada, me voy a pasear al parque y mientras camino por el césped piso un charco enorme que no había visto y solo deseo que sea agua, porque si es pis de un perro, debe de ser de un San Bernardo…y hablando de san Bernardos, conocí en Bariloche a una chica que tenías tres y me contó que la hembra pesaba 120 kilos, el macho 200 y el san Bernardito, de 2 mese, 8 kilos. Se ganaba la vida cobrando 10 pesos por foto con los perros. Muchas fotos tendrá que hacer para alimentar a semejantes bestias…
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